sábado, 12 de octubre de 2013

Primera invasión francesa a Portugal (1807-1808) - Parte 4/4

Intervención Británica


La insurrección en Portugal tuvo como catalizador la insurección española. Este movimiento de insurrección fue esencial para el éxito del desembarque británico porque sin los acontecimientos sucedidos en España las fuerzas francesas estacionadas en dicho país habrían venido en socorro de Junot.

Pero Junot no solo no recibió apoyo alguno de las fuerzas francesas en España, sino que para allá había enviado 2.500 hombres además de los efectivos españoles que le abandonaron o se unieron a la lucha de modo que no fue posible para los franceses impedir el desembarque británico en Portugal.

El desembarque no fue sorpresa para los franceses pues sabían que los británicos buscaban una oportunidad para intervenir y mantener una plataforma de acceso al resto de Europa. La insurrección en España surgió como una la oportunidad hace mucho esperada y ya no habia necesidad de mantener en el Sureste de las islas británicas unidades preparadas para su defensa contra una invasión francesa. De hecho, desde la victoria en la Batalla naval de Trafalgar la flota francesa no podía siquiera pretender ejercer cualquier dominio marítimo por lo que la posibilidad de una invasión estaba conjurada.

Además de esto las reformas introducidad recientemente en el ejercito británico le habían dado mayores capacidades para la intervención. En junio de 1808 existían cuerpos de tropas británidas disponibles para ser utilizados en una expedición militar. Los mas importantes de esos cuerpos estaban siendo reunido al sur de Irlanda, una fuerza de cerca de 9.000 hombres, inicialmente con destino a sudamérica, pero la insurrección española llevó a la desición de emplear dichas tropas en  la Península Ibérica.

Estaban disponibles dos brigadas adicionales en el sudeste inglés, así como varios regimientos acuartelados en las islas británicas, cerca de 10.000 hombres comandados por Sir John Moore en la región del Báltico y las tropas del general Spencer que se encontraban distribuidas a lo largo de Gibraltar y Cádiz. En total era posible reunir cerca de 40.000 hombres.

Las fuerzas reunidas en Cork, Irlanda, estaban bajo el comando del Teniente-General Sir Arthur Wellesley, futuro Duque de Wellington.

Sir Arthur Wellesley, Duque de Wellington. Oleo de Franciso de goya


Wellesley era uno de los mas recientes Tenientes-Generales británicos, por ello el comando supremo de las fuerzas en Portugal  le iría a ser confiado al Teniente-General Sir Hew Dalrymple, oficial más antíguo.


Sir Hew Dalrymple
El segundo comandante de la fuerza británica sería el Teniente-General Sir Harry Burrard mientras que el tercer elemento en antiguedad era el Teniente General Sir John Moore, quien  entonces era uno de los oficiales mas respetados del ejército británico.

Sir Harry Burrard. Oleo de William Beechey

Sir John Moore, Oleo de Thomas Lawrence
 Wellesley assumió el comando de la expedición y partió de Cork el día 12 de julio de 1808 convencido de que mantendría ese comando hasta el fin de la misión. Solo el día 15 de julio fue enviado el despacho a través del cual tuvo conocimiento de que el comando le sería entregado a Sir Hew Dalrymple.

A pesar de todo Wellesley solo tuvo que entregar el comando de la fuerza expedicionaria luego de la Batalla de Vimeiro.

Wellesley llegó a La Coruña el 20 de julio y allí entregó el armamento y dinero que había sido solicitado por las juntas de Galicia y Astúrias pero estas rechazaron cualquier apoyo en tropas auxiliares. Allí Wellesley recibió noticia de la revuelta en Oporto y en las restantes regiones del norte de Portugal.

Ante la negativa española en recibir tropas británicas la revuelta en portugal era una puerta abierta para la expedición británica y por ello Wellesley se dirigió hacia la desembocadura del río Douro. Desembarcó y tuvo una reunión con la Junta de Oporto que pidió el suministro urgente de armamento y uniformes, demandas que Wellesley satisfizo en parte con el armamento que transportaba para apoyo de la insurrección.

Le fue recomendado el desembarque general de sus tropas en la desembocadura del río Mondego pues era un local más resguardado considerando además que el Fuerte de Santa Catarina estaba ya en manos portuguesas.

Quedó también establecido que Bernardim Freire con los 5.000 hombres bajo su mando se uniría a las fuerzas britanicas mientras otras fuerzas portuguesas disponibles ponían cerco a almeida y vigilaban la frontera a lo largo del río Douro previendo un posible avance del General frances Bessiéres que se encontraba apostado en Castilla.

General Bernardim Freire, Cmdte. de las fuerzas portuguésas en el norte
El obispo de Oporto, uno de los principales líderes de la resistencia, concordó también en envíar todas las montas y mulas disponibles para la caballería y el comissariado.

El desembarque comenzó el 1 de agosto de 1808 en la playa de Lavos, en la margen sur de la desembocadura del río Mondego, en condiciones por demás difíciles pues, a pesar de las ventajas antes señaladas de este local de desembarque, había un fuerte oleaje que casiono que se perdieran armas, pertrechos e incluso algunas vidas.

Desembarque de las tropas británicas en la desembocadura del río Mondego. Grabado de J. Vendramini.

El día 5 llegó a la desembocadura del Mondego la escuadra con las fuerzas del general Spencer. En total Wellesley disponía de 12.626 hombres de infantería, 394 de caballería, 471 de artillería y 45 oficiales que conformaban su estado mayor. Su cuerpo de caballería apenas disponía de 180 caballos, pero fue posible mantener una fuerza montada de 240 hombres cuando recibieron los caballos enviados por el obispo de Oporto.

Wellesley pasó los priveros días desde su desembarque en Lavos organizando el comisariado de su ejercito. Resolvió avanzar en dirección a Lisboa por una carretera cercana a la costa que pasaba por Alcobaça, Óbidos y Torres Vedras. La escogencia de este itinerario tuvo que ver con dos factores: en primer lugar, debía mantenerse en contacto con la flota  para obtener mantenimientos, en especial los alimentos que eran dificiles de adquirir en Portugal para entonces; y en segundo lugar, porque esperaba recibir más refuerzos desde el Reino Unido en los próximos días.

Las brigadas de los generales Acland  y Anstruther debían llegar en breve y, estimando que el número de efectivos franceses era superior a los suyos, entendió que eran necesario recibir esos refuerzos antes de trabar batalla..

El día 7 de agosto Wellesley fue hasta Montemor-o-Velho con la finalidad de encontrarse con la fuerza comandada por Bernardim Freire a quien entregó 5.000 mosquetes. Quisó incorporar dichas fuerzas portuguesas a su cuerpo expedicionario pero Freire pretendía marchar a Lisboa por Leiría y Santarem.

En Leiría, el 10 de agosto, vuelven a encontrarse las fuerzas portuguesas y británicas pero Wellesley y Freire no llegaron a un acuerdo y sigueiron por rutas distintas. Sin embargo antes de partir se juntaron al cuerpo expedicionario británico algunas fuerzas portuguesas: 260 efectivos de cavallería, un batallón de "caçadores" (infantería ligera) y 1.514 hombres que conformaban 3 regimientos de infantería de línea. En total, al rededor de 2.300 hombre.

Wellesley inició entonces el movimiento para Lisboa entrando antes en Alcobaça el 14 de agosto. Allí tuvo noticias de que una fuerza francesa bajo el comando de Delaborde se interponía en su camino cerca de Óbidos.

Se trataba de una división débil (cerca de 5.000 hombres) enviada por Junot el 6 de agosto para vigilar y, de ser posible, detener o retrasar el avance de la fuerza británica, es decirm ganar tiempo para que Junot concentrara su ejercito antes de trabar batalla con el cuerpo expedicionario británico.

Le fue notificado a Delaborde que el Gerenal Loison, venido de los lados de Tomar y Santarém, se iría a juntar a el tan pronto como fuese posible.

Sin embargo Wellesley encontró a Delaborde al sur de Óbidos travándose la Batalla de Roliça el día 17 de agosto de 1808 con victoria de la fuerza anglo-portuguesas. Delaborde fue obligado a retirarse en dirección a Torres Vedras sin que Loison hubiese aparecido aún.

Batella de Roliça (17 de Agosto de 1808). Grabado de J. Vendramini

Luego del combate de Roliça Wellesley se dirigió para los terrenos que circundaban Porto Novo, en la desembocadura del río Maceira, cerca de la población de Vimeiro, y dispuso a sus tropas en posición para brindar protección al desembarque de las brigadas de Acland y Anstruther.

La brigada de Anstruther desembarcó el día 19 mientras que el 20 se inció el desembarque de la brigada de Acland, sin embargo el mal tiempo nuevamente entorpeció la operación de modo que cerca de un tercio de las fuerzas aún se encontraba abordo para la mañana del deía 21.

Junot, que había dejado Lisboa la noche del 15 de agosto con el objetivo de localizar y enfrentar el ejercito de Wellesley, siguió por Villa Franca y Cercal donde se reunió con las fuerzas de Loison. El día 18 marcharo para Torres Vedras. Desconociendo cual sería la ruta tomda por Wellesley para llegar a Lisboa decidió ir a sus encuentro par forzar la batalla.

El día 20 en la noche partió al encuentro del ejercito enemigo y al día siguiente, el 21 de agosto de 1808, se travó la Batalla de Vimeiro que tuvo como resultado una victoria para las fuerzas anglo-portuguesas. Los 13.500 franceses presentes se mostraron insuficientes para vencer a los más de 18.000 británicos y portugueses apostados en Vimeiro.

Batalla de Vimeiro ( 21 de agosto de 1808). Grabado de la época, autor no disponible
Luego de la derrota en la Batalla de Vimeiro, y después de escuchar las impresiones de los restantes comandantes de su ejercito, Junot decidió que no estaba en condiciones de volver a enfrentar al ejército de Wellesley. Fue entonces enviado el General francés Kellermann a negociar el armisticio, pero dicha negociación se hizo ya con el General Dalrymple que entretanto habia desembarcado y asumido el mando del ejercito británico.

Como resultado de las negociaciones que siguieron fue firmada la polémica Convensión de Sinta bajo la cual las tropas francesas abandonarían Portugal durante los meses de septiembre y octubre de 1808. Terminaba así la primera invasión francesa.


El ejercito invasor de Junot abandona Lisboa a través del Cais do Sodré.

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