domingo, 13 de octubre de 2013

Tercera invasión francesa a Portugal (1810-1811) - Parte 2/3

La Invasión y avance francés hasta las Líneas de Torres Vedras


La plaza española de Ciudad Rodrigo controlaba los caminos hacia la frontera portuguesa y por eso su control por parte de los franceses era esencial para iniciar la invasión. En su fortaleza había una guarnición española de cerca de 5.500 hombres bajo el comando del Mariscal de Campo Don Andreas Herrasti, y si bien el cerco a Ciudad Rodrigo había empezado el 26 de abril de 1810, no fue sino hasta el 25 de junio cuando los franceses lanzaron el asalto definitivo a la fortaleza.

Asalto francés a la fortaleza de Ciudad Rodrigo (1810)

Aún así los defensores lograron resistir hasta el 9 de julio cuando, sin condiciones para prolongar la defensa, rindieron la plaza. El próximo obstaculo a vencer por los franceses se encontraba ahora en territorio portugués: La plaza fuerte de Almeida.


La plaza fuerte de Almeida se sitúa en tierras de Ribacóa en la Beira Interior junto a la frontera con España y a no mas de 35 km de Ciudad Rodrigo. Al occidente de Almeida corre de Sur a norte el río Coa.

El fuerte de Almeida tenía una guarnición de 5.600 hombres y más de 100 piezas de artillería. Para avanzar era entonces necesario tomar la plaza, pero para hacerlo había que apartar a la División Ligera de Craufurd.

Esta tarea quedó a cargo del VI Cuerpo de Ejercito a cargo del Mariscal Ney trabándose para tal fin el Combate del río Coa el 23 de julio de 1810. Este fue el primer el enfrentamiento de la tercera invasión en territorio portugués entre las tropas invasoras y el ejercito de Wellesley.

Combate del río Coa. 23 de Julio de 1810 (a la izquierda la División Ligera Aliada y la derecha la vanguardia francesa)

Craufurd, que venía  de ejecutar una acción retardadora desde el territorio español, fue obligado a retirarse después de haber ofrecido una fuerte resistencia. Con ello se inició el cerco de Almeida por parte del ejército invasor, el cual comenz´po el 24 de julio y duró hasta el 28 de agosto.

Batería sur de la fortaleza de Almeida sitiada por los franceses en 1810


Masséna solo retomó la marcha el 15 de septiembre. Durante el tiempo que permaneció en la región de Almeida dispuso únicamente de raciones para alimentar a su ejército durante 15 días lo que significó una preocupación adicional para el comando francés.  Este preocupación era pertinente pues Wellesley había planeado retirar de la ruta de la invasión todo lo que pudiese alimentar a las tropas francesas que normalmente se alimentaba de lo que obtenía en los territorios por donde pasaba.

Además de esto las unidades de Milicia bajo el comando del Coronel Trant los flagelaban constantemente y les restaban mucha libertad de acción para buscar alimentos.

Milicias portuguesas hostigando a las columnas francesas.

Al retomar la marcha Masséna dirige a sus tropas a Coimbra. El camino por donde seguían, al norte del río Mondego, pasaba por una excelente posición defensiva para el ejército Anglo-Portugués donde Wellesley decidió dar batalla.

Movimientos de las fuerzas antes de la Batalla de Buçaco

De  esta manera la Batalla do Buçaco (o de Bussaco), travada el 27 de septiembre de 1810, resultaba en una importante victoria  del ejército Anglo-Portugués. Wellesley ocupó una excelente posición defensiva en la Sierra de Buçaco, entre Penacova y Luso.

Masséna, subestimando a las  fuerzas Anglo-Portuguesas, lanzó un ataque frontal que no resultó. Los franceses fueron repelidos con relativa facilidad y sufrieron cerca de 4.500 bajas. Los aliados por su parte sufrieron 1.252 bajas.

Batalla de Buçaco, 27 de septiembre de 1810


Después de la batalla los franceses rodearon rápidamente la posición por el norte, usando los caminos de Mortágua y Mealhada, y los aliados por su parte se desplazaron a Coimbra antes de que las tropas francesas se colocases a su retaguardia.

La invasión francesas continuaba pero, entre tanto, el ejército Anglo-Portugués reforzó la confianza en su propio valor y los franceses comenzaban a prever las dificultades a las que se iban a enfrentar y la moral de sus tropas empezó a bajar.

El objetivo de Wellesley era ahora retroceder y alcanzar rápidamente las Líneas de Torres Vedras para aguardar allí el eventual ataque francés.

Junto con el ejército aliado se retiraba la mayor parte de las población de las regiones por donde irían a pasar los franceses. Fue dada la orden de evacuar Coimbra, las propiedades agrícolas fueron abandonadas, los bienes que no podían ser transportadas y que pudiesen ser de alguna forma aprovechadas por los franceses debían ser destruidos. Cuando estos entraron a saquear la ciudad fue poco lo que encontraron

Evacuación de las poblaciones civiles hacia las Líneas de Torres Vedras

En esta retirada estratégica del ejército aliado hacia la provincia de Lisboa la División Ligera de Craufurd fue la responsable de proteger la retaguardia aliada.

Itinerario de las fuerzas luego de la Batalla de Buçaco

De hecho entre Coimbra y las Lineas de Torres Vedras se dieron algunos encuentros entre las fuerzas francesas más avanzadas y ésta guardia de retaguardia del ejército de Wellesley. Los combates más significativos se registraron cerca de Pombal y Alenquer.

Para el 11 de octubre las fuerzas avanzadas de los franceses avistaron las Lineas de Torres Vedras, e incluso se dieron intercambios de disparos en la región de Sobral de Montre Agraço.

El día 14 el propio Masséna vino a observar las Líneas (una basta extensión de fuertes, fortines, reductos y puestos de defensa construidos o excavados aprovechando lo intrincado del terreno, y fuertemente defendidas, que habían sido construidas por orden del propio Wellesley  bajo supervisión de los cuerpos de ingeniería británicos y portugueses con la finalidad de detener el avance del ejército invasor) y comprendió que no las podría atacar sin recibir ayuda. Esta ayuda podría venir de Soult que se encontraba aún en la Extremadura española. Finalmente, ni esa ayuda llegó como tampoco Wellesley se arriesgó a salir de las líneas para una batalla en campo abierto.

El ingenioso sistema defensivo conocido como las Líneas de Torres Vedras

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