Primer Intento
El primer intento de Soult para entrar a Portugal fue llevado a cabo entre Camposancos (en la margen norte, a cerca de 3 km de la desembocadura del río Minho) y Caminha (en la margen sur, territorio portugués). La travesía fue intentada en dos o tres decenas de barcos de pescadores, pero de esta forma apenas podían ser transportados cerca de 300 hombres en cada viaje.Las fuerzas irregulares portuguesas que vigilaban la margen sur del río abrieron fuego y solo tres embarcaciones alcanzaron a llegar a su destino con una treintena de hombres que fueron inmediatamente apresados.
Soult decidió no llevar a cabo un nuevo intento de atravesar el río Minho y dio órdenes a sus unidades de que marcharan en dirección a Ourense para de allí continuar en dirección a Chaves por el valle del río Támega.
En un viaje marcado con constantes enfrentamientos con los insurrectos españoles las primera fuerzas llegaron a Ourense el 20 de febrero de 1809 y encontraron intacto el puente que les permitiría atravesar el río. Solo el día 24 estuvieron concentradas todas las fuerzas y Soult conservó su cuartel general en Ourense por otros nueve días para reabastecer a sus tropas y reparar el equipamiento. El avance hacia Portugal quedó planificado para el 4 de marzo.
Movimiento de las tropas francesas durante la 2da invasión a Portugal |
Chaves
El día 4
de marzo el ejército francés marchó de Ourense para Allariz y de allí a
Monterrey donde esperó por otros 3 días a que las unidades y convoyes de la
retaguardia alcanzaran al grueso de las fuerzas. El día 10 de marzo retomó la
marcha en dirección a Chaves con fuerzas a ambos lados del Támega.
Las
fuerzas españolas del Marqués de la Romana se habían retirado de esa región de
modo que el General Silveira, gobernador militar de la provincia de
Tras-os-Montes, quedó aislado ante el invasor.
Otras
fuerzas portuguesas se encontraban en Braga y Oporto bajo el comando del
General Bernardim Freire, gobernador militar de Oporto, pero fue decidido que
no se unirían a las de Silveira.
Ante la
imposibilidad de resistir al invasor Silveira retiro a sus tropas regulares
hacia posiciones en São Pedro de Agostém al sur de Chaves. Entre tanto las
numerosas fuerzas irregulares que lo acompañaban, así como parte del 12°
Regimiento de infantería de Chaves, decidieron quedarse y defender aquella
plaza.
Soult
resolvió comenzar por atacar las fuerzas del General Silveira en São Pedro las
cuales fueron obligadas a retirarse a Villa Real. Sintiéndose menos protegidos
los defensores de la plaza de Chaves se rindieron el día 12 de marzo. Soult
hizo de Chaves su base para las futuras operaciones en Portugal.
Luego de
establecido en Chaves Soult siguió para Oporto a través de la Sierra da
Cabreira y descender el valle del río Cávado por Ruivães e Salamonde. De esta
manera evitaría las fuerzas del General Silveira y un territorio que era mucho
más fácil de defender por los locales. Según el itinerario elegido después de
Salamonde llegaría a Braga y desde allí dispondría de una buen camino para
llegar a Oporto.
Braga
El
General Bernardim Freire colocó apenas puestos de observación en las posiciones
de Ruivães e Salamonde donde existían buenas condiciones para la defensa. Envió
pedido de ayuda dirigidos al opispo de Oporto y a la Junta de Regencia. Del
primero recibió el 2do Batallón de la Leal Legión Lusitana bajo el comando del
Barón de Eben, pero los refuerzos enviados de Lisboa ni siquiera habían
atravesado aún el río Douro.
Bernardim
Freire que no confiaba en sus tropas, una multitud indisciplinada y mal armada,
comenzó a enviar para la retaguardia sus convoyes de abastecimiento y
artillería para juntarse a la defensa de Oporto. Este acto fue visto como
traición por la población que era mayoritariamente de la zona y Bernardim
Freire acabó por ser asesinado por éstos.
Soult
inicio el movimiento de Chaves a Braga el 14 de marzo. envió un destacamento en
dirección a Vila Real para mantener a raya a las tropas del General Silveira,
mientras que el cuerpo de caballería del General Franceshi y la división de
Delaborde seguirían adelante aplastando los focos de resistencia que
encontraban incluso en las pequeñas poblaciones donde entre los combatientes se
encontraban hombres y mujeres, jóvenes y viejos, clérigos y campesino.
En la
población de Carvalho d'Este, a pocos kilómetros de Braga, una fuerza muy heterogénea
de cerca de 25.000 portugueses apostados en las colinas a los lados del camino
pretendió trabar el avance del invasor, pero sin la posibilidad de enfrentar a
un jercito bien equipado, disciplinado y experimentado.
La
batalla de Carvalho d'Este fue fácilmente resuelta a favor de las tropas
francesas que enseguida ocuparon Braga.
Oporto
Después
de ocupada la ciudad de Braga Soult siguió en dirección a Oporto. Nuevamente
las improvisadas fuerzas portuguesas ofrecieron resistencia en Río Ave, Ponte
de Ave y Trofa, pero no pudieron impedir el paso de las fuerzas francesas. El
día 27 de marzo Soult avistó trabajos de fortificación par la defensa de Oporto.
La ciudad
estaba defendida por una línea de trincheras y baterías de cerca de 10 km de extensión
sobre las colinas que circundaban la ciudad, desde el fuerte de São João
Baptista da Foz hasta la capilla de Bonfim. Los trabajos de defensa fueron
efectuados bajo la dirección de oficiales de ingeniería portugueses y
británicos. Existían casi 200 bocas de fuego de artillería, las principales
calles de la ciudad fueron barricadas y todo este dispositivo estaba guarnecido
por un ejército numeroso.
Posiciones de las fuerzas portuguesas y francesas en la Batalla de Oporto |
El ejército que fue posible reunir para defender Oporto tenía cerca de 5.000 hombres de tropas regulares, la mayoría reclutas con pocas semanas de entrenamiento, tres o cuatro regimientos de milicias mal armados y de poca disciplina, y un número elevado de ciudadanos sin armas ni la más mínima experiencia militar. Se desconoce el tamaño real de esta fuerza, pero se estima que no sería inferior a 30.000 personas.
Los portugueses se rehúsan a las propuestas de Soult para que rindieran la ciudad y en la Batalla de Oporto (28 de marzo de 1809) queda nuevamente en evidencia la falta de eficacia de las fuerzas improvisadas. Las defensas portuguesas fueron quebradas y la ciudad cayó en manos de los franceses.
La lucha se prolongó dentro de la ciudad en las sucesivas barricadas que habían sido levantadas en cada calle, pero sin posibilidades reales de contener al invasor. Además de las habituales atrocidades cometidas sobre la población se sumó la masacre de Ponte das Barcas (Puente de las Barcas) en que cerca de 4.000 civiles perecieron bajo una carga de bayoneta de las fuerzas francesas cuando huían de los invasores a través del puente.
Masacre de Ponte das Barcas |
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